Diferencias entre hombres y mujeres en la percepción de sus problemas de pareja al inicio de la terapia de pareja

A lo largo de nuestra experiencia clínica hemos venido haciendo algunos cambios en el enfoque de tratamiento de los problemas de pareja.

Los primeros enfoques  en el tratamiento de dichos problemas se centraban en el cambio de aquellas interacciones negativas que llevaban a las parejas a sufrir situaciones conflictivas una y otra vez deteriorando cada vez más profundamente las bases de la  relación de pareja. Así se desarrollaron una serie de estrategias de intervención estructuradas con una eficacia muy alta y con una gran validez. Muchas de ellas se siguen utilizando actualmente.  Como ejemplo podemos hablar del entrenamiento en negociación o del entrenamiento en comunicación, entre otras muchas.

A partir de estos planteamientos se hacia necesaria la intervención con los dos miembros de la pareja desde el inicio a la finalización de la terapia. Incluso para algunos autores era inviable el tratamiento de la pareja cuando era uno solo de sus miembros el que acudía a la consulta. Por lo tanto, sólo se llevaba a cabo la terapia de pareja cuando asistían los dos miembros,  nunca cuando era  uno solo de los miembros de la pareja el que acudía a buscar ayuda para resolver los problemas de su relación. .

Dentro de nuestra metodología de trabajo, que se mantiene dentro del enfoque cognitivo conductual, hemos venido ampliando algunas estrategias tanto en la evaluación como en el tratamiento lo  que facilita una mayor agilidad en el tratamiento de los problemas de pareja.

Además hemos ido modificando el formato de las sesiones. Actualmente nuestro modelo de intervención se lleva a cabo en sesiones individuales con cada miembro de la pareja, en sesiones conjuntas y en sesiones mixtas. Son los objetivos que se estén trabajando en cada momento los que justifican el formato de sesión en el que se va a realizar la terapia.

En todos los casos la pareja conoce los objetivos que se van a tratar a lo largo de todo el proceso de la terapia y además se han pactado con el terapeuta los  pasos que se van a seguir. La posibilidad de comunicación con el terapeuta está totalmente abierta, aunque en ese momento en concreto no se esté acudiendo a terapia.

INTRODUCCION A NUESTRO TRABAJO DE INVESTIGACION

En estos últimos años de forma sistemática y objetiva, hemos venido recogiendo datos de las parejas que acuden a nuestro centro para poder investigar en profundidad, entre otros aspectos de su relación, cuales son las características específicas actuales de su relación, de su convivencia, de su problemática diaria, de sus expectativas con respecto a su relación, al otro, incluso a la terapia que se han planteado comenzar.

Uno de los primeros trabajos que hemos finalizado y presentado en el “VI Congreso Iberoamericano de Psicología Clínica y de la Salud” celebrado en Santiago de Chile organizado por La Asociación Psicológica Iberoamericana de Clínica y Salud (APICSA) el pasado mes de octubre gira en torno al estudio de las “Diferencias entre hombres y mujeres en la percepción de sus problemas de pareja al inicio de la terapia de pareja”.

En esta breve reseña pretendo simplemente dar a conocer aquellos datos que pudieran ser más interesantes para  población en general, no voy a entrar a considerar los aspectos metodológicos o científicos de dicho trabajo que, por supuesto están a disposición de otros compañeros y psicólogos interesados en la materia.

En dicho estudio nos planteamos como hipótesis de trabajo entre otras las siguientes:

  1. Existen diferencias entre los hombres y las mujeres en el grado de satisfacción en su relación de pareja
  2. Existen diferencias en el control de los conflictos: ambos creen que gana el otro.
  3. Existen diferencias en el estado de ánimo. Pensamos que  las mujeres muestran un estado de ánimo más bajo que los hombres al inicio de la terapia.
  4. Los dos miembros de la pareja muestran el mismo grado de compromiso por su relación.

Elegimos  una muestra de 92 parejas heterosexuales que acuden voluntariamente a consulta con una demanda clara y concreta de mejorar su relación de pareja, por lo tanto se excluyeron aquellas otras que planeaban alguna demanda en relación a un posible divorcio, o  separación y a aquellas parejas que en dicho  momento, atravesaban una situación  o momento de crisis. Tampoco se consideraron los casos en los que inicialmente acudía un solo miembro de la pareja.

Los datos se han recogido a partir de la realización de entrevistas estructuradas y los plasmados en el cuestionario de Stuart “Inventario para el asesoramiento de parejas” en su versión completa.

Después de cuantificar la información recogida y realizar los análisis estadísticos oportunos, obtenemos los siguientes

RESULTADOS

  1. Las mujeres muestran un mayor grado de insatisfacción general en sus relaciones de pareja que los hombres al inicio de la terapia. De hecho, son ellas las que han planteado la necesidad de buscar ayuda externa. Sin embargo, esta última afirmación no es significativa, por lo que no podemos generalizar dicha afirmación.
  2. Aparecen diferencias significativas entre hombres y mujeres en lo referente al grado de compromiso que sienten por su relación
  3. Las mujeres muestran en general un estado de ánimo más bajo que los hombres  en el momento de iniciar la terapia de pareja
  4. Sí que aparece una diferencia  claramente significativa entre hombres y mujeres en el manejo de los conflictos

Estudiando más detenidamente estos resultados se desprenden algunos datos que nos parecen interesantes:

  1. La mayor insatisfacción en las mujeres en su relación de pareja gira en torno al ocio, a la cantidad y la  satisfacción del tiempo que pasan juntos. Para ellas la relación gira en torno del manejo de las responsabilidades de lo cotidiano: la casa, el trabajo, los niños. Mientras que la cantidad de tiempo que se dedican a estar juntos y disfrutar de la relación es muy escasa. Las actividades de ocio de los dos tampoco les resultan lo suficientemente satisfactorias. Ellos en general, se muestran más satisfechos en este apartado del manejo del ocio. Aunque si que echan en falta disponer de más tiempo juntos y no se sienten satisfechos en este apartado, lo justifican  en relación a los condicionantes de la vida cotidiana.En lo referente a su vida íntima y sexual no aparecen diferencias significativas entre los dos sexos, tanto para hombres como para las  mujeres, su vida sexual es insatisfactoria y creen en  la importancia de intentar  algún cambio en este sentido.
  2. En el apartado  del grado de compromisopor la relación aparecen algunas diferencias entre la percepción de hombres y de las mujeres, en cómo se sienten y viven su compromiso por la relación. En general, estas diferencias marcan una tendencia, pero no son significativas, tenemos que profundizar en su estudio.Donde si que aparecen diferencias significativas es en los siguientes dos aspectos:
    1. Ellos se sienten más comprometidos que ellas en lo referente a hablar con terceros de lo positivo de su relación. Cuando están con amigos o compañeros comentan con naturalidad la satisfacción, los aspectos positivos de su  relación, no airean sus problemas. Ellas se callan o manifiestan su malestar a terceras personas y en contextos sociales.
    2. Ellos también puntúan por encima en el item “creo que le dedico (al otro) lo mejor de mi”.  Ellas puntúan significativamente más bajo en este sentido. Es importante tener en cuenta que la percepción de lo que es positivo para los dos sexos puede que no coincida. Cuando hemos ahondado más en este punto ellos hablan  de hacer cosas por, de estar apoyándola en algunas tareas, de ceder a sus peticiones, mientras que ellas se refieren más específicamente a las muestras de cariño, de afecto, de cuidado del otro.
  3. En el estado de ánimo las mujeres se sienten más bajas de ánimo que los hombres, pero en una evaluación global.  En este primer trabajo no se evalúan  algunos otros aspectos que podrían estar influyendo en su ánimo en ese preciso momento, por lo que habría que estudiarlo de una manera más detallada.  Normalmente nos encontramos que los dos miembros de la pareja tienden a puntúan bajo en su estado de ánimo, no hay una gran discrepancia entre el ánimo de uno y el del otro.
  4. En el apartado del manejo de los conflictos sí que aparecen ser significativas las diferencias encontradas en el manejo de los conflictos  entre hombres y mujeres. Estas diferencias no tienen que ver con quién gana los conflictos, sino con el manejo emocional  personal durante los conflictos y sobre todo, en relación a las estrategias que utilizan en las peleas.Las diferencias significativas se encuentran en la utilización de expresiones con amenazas de violencia verbal o física por parte de los hombres hacia sus parejas. Ellos manifiestan que las utilizan con cierta frecuencia para controlar los conflictos y ganarlos. Ellas verbalizan que ésta es la manera en la que son tratados los conflictos en su relación, es decir los dos miembros de la pareja están de acuerdo en este hecho.El uso de violencia real como estrategia en el manejo de los conflictos también aparece como una realidad en las parejas que acuden a consulta. Son ellos los que muestran en mayor medida estos comportamientos agresivos. Ellas reconocen que sus parejas los están utilizando.

La falta de habilidad en el manejo de los conflictos es una realidad en la mayoría de las parejas que acuden al psicólogo. Es evidente que si contaran con dichas habilidades, en muchos de los casos,  no necesitarían la ayuda de un profesional psicólogo, pero lo que sorprende es encontrar que la mayor diferencia entre los sexos está relacionada con la utilización de amenazas de violencia, o violencia real por parte de ellos y el reconocimiento que hacen de su utilización en los conflictos.

CONCLUSIONES

Existen algunas diferencias entre los hombres y las mujeres cuando acuden a buscar ayuda profesional  para mejorar su relación de pareja. Si las conocemos, podemos ajustar mejor nuestro proceso de evaluación. y estrategias de tratamiento.

Así, por ejemplo, cuando  vayamos a trabajar el manejo de los conflictos, tendremos que contar con una serie de estrategias específicas para el manejo de  las amenazas de violencia y/o el manejo de la violencia, ya que probablemente nos encontremos con una tenencia a que ellos estén utilizándolos en ese preciso momento.

Podemos conocer la realidad que actualmente se plantea en las relaciones de pareja que buscan ayuda profesional para resolver sus problemas, cuales son sus actitudes y expectativas, por o que de alguna manera también estamos trabajando con la realidad social actual  en nuestra comunidad, sin tener que recurrir a apoyarnos en los datos que aportan otros trabajos de otros países.

Por último, el estudiar las diferencias entre hombres y mujeres en lo que gira en torno a la terapia de pareja nos permite seguir modificando  algunas  características de nuestro modelo de intervención de los problemas de pareja de una manera experimental. Pretendemos ser cada vez más eficaces en nuestro trabajo con las parejas.

Estamos muy interesados en seguir trabajando en esta área ya que las relaciones de pareja están en constante cambio y constituyen uno de los elementos más importantes en el ajuste emocional individual y en nuestro bienestar  emocional y físico, por lo que todo lo que ayude a su mayor conocimiento nos permitirá mejorar nuestro trabajo el día a día con las parejas que acuden a nuestra consulta.

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